Autor Tema: Los Elfos Nocturnos (Parte I)  (Leído 910 veces)

Lilith

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Los Elfos Nocturnos (Parte I)
« en: 01 Febrero, 2015, 13:01:39 »
Mientras que los suceso que se dan en la Guerra de los Ancestros y el posterior colapso del Pozo de la Eternidad son bien conocidos, lo que sucede alrededor de la unión de los Elfos con la Alianza permanecen aun con varios rumores. Fue solamente la gratitud que sentían los Elfos Nocturnos hacia la Alianza por haberlos salvado durante la Tercera Guerra?, si fue así, por que no mantienen buenas relaciones con la Horda, ya que al fin y al cabo también estaban allí presentes?, estas dos preguntas tiene una misma respuesta… Todo se trata sobre los arboles.

Luego de viajar desde los Reinos del Este hasta Kalimdor, la Horda buscaba para sus miembros dos cosas; Una tierra donde prosperar y un lugar donde existiera una fuente de recursos capaz de mantener a la nueva Horda. Los bosques de Vallefresno (Ashenvale) eran una excelente fuente de madera, pero también había algo de lo que preocuparse, era territorio “sagrado” de los Elfos Nocturnos, y todos sabemos lo protectores que son esta raza. Con la muerte de Cenarius (un guardián que protegió los bosques durante miles de años e incluso inicio al Shan’do Malfurion Stormrage en el druidismo) a manos de Grommash Hellscream y sus fuerzas, sin dudarlo los Elfos nocturnos buscaron ayuda en la Alianza.

Pero no todo es tan simple como parece, cuando hablamos de los Kaldorei nada es simple, incluso si queremos rastrear los orígenes de su raza. Los elfos siempre tuvieron “buenas” intenciones para con Azeroth, ya que después de todo ellos son una de las primeras razas que poblaron este planeta (junto con Trols y Taurens), y se podría argumentar que al ser una raza muy antigua, su experiencia es algo invaluable. También se podría decir que los elfos nocturnos buscan la paz en Azeroth, pero no nos olvidemos que fueron ellos mismos quienes causaron en gran colapso de los continentes. Claro, fue solo una facción de los Kaldorei, los Quel’dorei o “Altonatos”, pero si nunca se hubieran arriesgado a poblar los alrededores del Pozo de la Eternidad, si nunca se hubieran arriesgado a utilizar mas magia de la que podían controlar… Quizás la Legión Ardiente jamas habría intentado poner un pie en Azeroth.
Si la Legión Ardiente nunca hubiera atacado Azeroth, no habría existido ningún Cataclismo, no habría orcos, no habría ningún Sargeras, ni Medivh, no habría necesidad de un Concilio de Tirisfal, ni tampoco habría ningún Rey Exánime ni siquiera habría un Arthas convertido en un Caballero de la Muerte… Entienden lo que quiero decir?, los Altonato cometieron el error mas grande y que mas daño causo a Azeroth, todo por su codicia y arrogancia para con el Pozo de la Eternidad. Incluso cuando se suponía que los Kaldorei estaban bajo la vigilante mirada de Elune, no hizo nada para salvar a su querido pueblo. Es por esto que para no terminar otra vez como los Altonato, los Elfos Nocturnos necesitan de la Alianza.

A pesar de las acciones de los Altonato, si no fuera por la Guerra de los Ancestros y el gran cataclismo, la Alianza que hoy en día conocemos simplemente no existiría. Y a pesar de los intentos de los Altonato de invocar a Sargeras para que entrara a Azeroth, hubo un grupo de Kaldorei que lucho para impedir que la Legión Ardiente dominara este mundo. Este grupo de elfos nocturnos era guiado por Tyrande Whisperwind y Malfurion Stormrage, y luego de los eventos que acontecen en la Guerra de los Ancestros, estos dos personajes se consolidan como lideres indiscutidos de los Elfos nocturnos.

Pero aun queda otra pieza importante de esta complicada historia, el hermano de Malfurion, Illidan Stormrage. Illidan y Malfurion estaban enamorados de Tyrande, una elfa nocturna que conocían desde su infancia y que durante la Guerra de los Ancestros fue promovida al cargo de Alta Sacerdotisa de Elune. A pesar de su juventud, el liderazgo y la capacidad de Tyrande no se discutieron, ya que probo estar mas que apta para esa tarea, con el tiempo la sacerdotisa se enamoraría de su amigo de la infancia, Malfurion. Mientras que Malfurion seguía el camino del druidismo que le enseñaba el semi-dios Cenarius, su hermano comenzaba a experimentar con las poderosas magias del Pozo de la Eternidad. Durante la Guerra de los Ancestros, cuando Illidan se entera de que el pozo debería ser destruido, llena 7 viales con el agua mágica del Pozo y los guarda para él. Luego del cataclismo, Illidan viaja hacia la cumbre del Monte Hyjal y vierte tres de los siete viales en un lago, cnospamdo un nuevo Pozo de la Eternidad.

Teniendo en cuenta que los Elfos ya habían visto lo que podría suceder si se creaba otro Pozo de la Eternidad, la idea de Illidan no le pareció nada bien a Malfurion y Tyrande. Malfurion intento explicarle a su hermano la verdadera naturaleza del Pozo de la Eternidad, y mas en especial hizo hincapié en la naturaleza caótica de esta magia, pero Illidan argumento que si en un futuro volviera la Legión Ardiente, el Pozo de la Eternidad seria necesario para derrotarlos. La idea de que fue el Pozo que causo en primera instancia que la Legión alcanzara Azeroth, y el enojo que sentía por la falta de ayuda por parte de Illidan, hizo que Malfurion ordenara encerrarlo en un prisión ubicada debajo de Hyjal.
Malfurion estaba, en una palabra, estancado. No podía destruir el nuevo Pozo de la eternidad, ya que seguramente causaría otro gran colapso. Así que busco la ayuda de los Aspectos que habían ayudado a los elfos durante la guerra de los Ancestros. Los Aspectos estaban horrorizados ante la idea de un nuevo Pozo, pero estuvieron de acuerdo en que destruirlo seria una mala idea, así que idearon un plan para vigilar el nuevo pozo y evitar que sucediera otro colapso como ya había pasado.

Alexstrasza puso una semilla de la madre de los arboles G’Hanir en las aguas del pozo, que rápidamente se convirtió en el Árbol del Mundo Noldrassil. Ysera vinculo a Noldrassil con el Sueño Esmeralda. A través del árbol, ella podría comenzar a restaurar este mundo, pero el Sueño Esmeralda necesitaba mas que a Ysera y sus dragones para sostener la tarea de reparar Azeroth. De esta forma los druidas de los Elfos Nocturnos entraban en el Sueño Esmeralda para ayudar a Ysera con su tarea de reparar Azeroth y mantener el sueño libre de cualquier corrupción. Nozdormu le dio el regalo mas grande a los elfos, mientras el Árbol del Mundo siguiera existiendo, los elfos nocturnos serian inmortales. Haciendo esto se aseguraría de que evitaran dañar a Noldrassil para usar las energías mágicas del Pozo que se encontraba debajo.

Esto es el porque de que Tyrande, Malfurion, Illidan y muchos otros elfos nocturnos que estuvieron presente en la Guerra de los Ancestros hace 10.000 años siguen vivos en la actualidad. Con mas de 10.000 años de experiencia, los elfos nocturnos conocen de sobra este mundo y la naturaleza caótica de la magia arcana. Malfurion, el primer druida de Azeroth, entro en el Sueño Esmeralda, dejando a Tyrande el liderazgo de los Elfos nocturnos.

Luego de varios años, Tyrande decide despertar a Malfurion durante los acontecimientos que tiene lugar con la separación de Dath’remar Sunstrider y el resto de los Altonato de la orden de druidas. Sufriendo debido a la adicción mágica, los Altonato decidieron rebelarse y desataron una tormenta gigante de origen mágico en los bosques de Vallefresno (Ashenvale). Debido a esto, los Altonato y su lider, Dath’remar, fueron desterrados de la sociedad Kaldorei. Luego de este incidente, Malfurion regreso, a pesar de las protestas de Tyrande, al Sueño Esmeralda para cumplir con el pacto que habian establecido con Ysera. Una vez mas, Tyrande tuvo que guiar sola a su pueblo durante mas de 10.000 años mientras su amado dormía.
Sin embargo, y pese a su soledad, Tyrande siguió velando por el bienestar de su pueblo, y eso lo prueban las muchas cosas que hizo. Mientras su amado dormía, creo un grupo a las que llamo “Las Centinelas” y las lidero junto con su amiga y lugarteniente, Shandris Feathermoon. Las Centinelas eran una fuerza de élite compuesta solamente por mujeres Kaldorei con el único propósito de guardar la seguridad y la paz de sus fronteras. Esto demuestra que mientras Malfurion y el resto de los druidas dormían, Tyrande decidió tomar un papel mas directo en la defensa de su pueblo.

Durante miles de años las fronteras estuvieron a salvo hasta que un día Shandris y varias centinelas del grupo Hoja de las Sombras descubrieron algo inusual. Unos invasores de piel verde se habían establecido en el bosque y habían comenzado a deforestar rápidamente la zona. Para empeorar las cosas algo inesperado sucedió, Cenarius, un semi-dios que habían iniciado a Malfurion en las artes druidicas, fue asesinado por un grupo de esos “pieles verdes” invasores. Luego de esto, Shandris y el resto de las centinelas se apresuraron a informarle a Tyrande. La Alta Sacerdotisa le dijo a su amiga que detrás de la llegada de estos seres extraños, había algo mas malvado, algo que no podía comprender.

Aqui es cuando se pone interesante. Cenarius fue asesinado por los orcos liderados por Grommash Hellscream, que fue redimido con la ayuda de Thrall, Cairne Bloodhoof y Jaina Proudmoore, líder de los humanos de Theramore. Thrall y Jaina habían sido traídos a este continente bajo la advertencia de un antiguo profeta de que se necesaria la unión de los dos grandes rivales para derrotar a la Legión Ardiente que se preparaba para atacar Azeroth una vez mas. Thrall y Grom se enfrentaron a Mannoroth, un demoníaco Señor del Foso que había sido el responsable de la sed de sangre que tenían los orcos que asesinaron a Cenarius, en la lucha contra el Señor del Foso, el gran lider de los Warsong, Grommash Hellscream, fue herido de gravedad, pero también matando a Mannoroth, es así que con la muerte de Grom, los orcos quedaron liberados de la maldición que los afectaba. Luego de que Thrall regresara de enfrentar a Mannoroth, los orcos y los humanos estuvieron de acuerdo en formar una alianza (no eran parte de la Alianza, sino eran solamente aliados) para enfrentarse a la Legión Ardiente, por lo que decidieron establecer su campamento en los bosques.




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Re:Los Elfos Nocturnos (Parte I)
« Respuesta #1 en: 01 Febrero, 2015, 13:02:06 »
Fue aquí cuando Tyrande, Shandris y las centinelas encontraron el campamento humano y orco, cortando arboles de manera abusiva. Todo el campamento estaba a cargo de un humano llamado Duke Lionheart, un paladín miembro de la caída orden de la Mano de Plata que no estaba muy convencido de colaborar con los orcos. Luego de observar el campamento y la actitud del paladín, Tyrande dio su veredicto; Los extranjeros debían morir.


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